Una cartografía encarnada: Los espacios de poder y las transgresiones de fronteras femeninas en Nadie me verá llorar de Cristina Rivera Garza
Palabras clave:
espacio, poder, Nadie me verá llorar, Cristina Rivera Garza, cuerpo femeninoResumen
Este estudio analiza los espacios que recorre Matilda Burgos, protagonista de Nadie me verá llorar (1999) de Cristina Rivera Garza, para explorar las relaciones de poder entre ellos con el cuerpo femenino de la protagonista. Se examinan primero los espacios domésticos, caracterizados por un poder unívoco, donde se intenta vigilar y controlar el cuerpo mediante discursos y saberes que refuerzan sujeción. Luego, se analizan los “espacios heterotópicos” foucaultianos como el prostíbulo y el manicomio, donde convergen voces marginales y transgresoras que permiten la expresión de dinámicas de poder alternativas y subversivas. A lo largo del estudio, se reflexiona sobre la relación entre el cuerpo femenino y los espacios, mostrando cómo la protagonista no solo está en los lugares, sino que también los reconfigura, trazando su propia cartografía a partir de su experiencia corporal. En este sentido, el cuerpo se convierte en un espacio de resistencia que desafía la cartografía oficial y se erige como un medio para subvertir los discursos hegemónicos. La investigación pretende, así, poner de relieve cómo el cuerpo femenino puede ser un agente de resistencia ante las imposiciones del poder, dibujando nuevas rutas y resignificando los lugares en los que el cuerpo se desplaza y actúa.