Colindancias (2015) 6: 39-50
Paulína Šišmišová
Universidad Comenio, Bratislava
En torno a una «donquijotada» de la literatura eslovaca
Recibido 18.08.2015 / Aceptado 19.10.2015
Las formas de la recepción creativa de la novela de M. de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, destacan por su riqueza y variedad. A lo largo de cuatro siglos de su existencia, el Quijote ha dejado una huella significativa en todas las artes, pero su impronta
más profunda se dio en el ámbito literario. Desde su publicación (1605, 1615) el libro se propagó vertiginosamente por el mundo en sus reediciones, traducciones, continuaciones, adaptaciones y toda suerte de recreaciones: narrativas, líricas, dramáticas, ensayísticas o reseñas críticas. A pesar de las diferencias en cuanto a sus aspectos genéricos, temáticos, estilísticos y culturales, todos estos textos tienen en común el de ser derivados de una obra original, el Quijote en nuestro caso, con la que guardan cierto tipo de relaciones (filiaciones).
Este linaje de ‘hijos’ literarios del Quijote integra una rica escala de textos, oriundos
de diferentes culturas y redactados en diferentes lenguas del mundo. Asimismo la literatura eslovaca cuenta con una serie de textos narrativos, líricos y dramáticos, inspirados en la novela cervantina. En cuanto a la narrativa, merecen ser destacadas dos obras. La primera es una novela satírica titulada Bendeguz, Guyla Kolompos und Pista Kurtaforint, publicada en 1841 en alemán. A su estudio detallado y sus vinculaciones con la novela de Cervantes nos dedicaremos más adelante. La segunda, titulada La última visión de don Quijote, es un texto literario a caballo entre la novela y el ensayo. Se publicó en 1999. Su autor, Ján Švidroň (1952-2014) no fue un escritor profesional, sino especialista en derecho civil y en la problemática de la autoría, en la que se centra también su libro. Al juego autorial se debe también el hecho de que en la cubierta del libro no encontramos el nombre del autor real y su nombre queda sustituido por el del autor ficticio Cide Hamete Benengeli.
En cuanto a la creación dramática, es
notable el caso de Martin Porubiak y su actualizante versión
escénica de la novela cervantina titulada Sancho Panza recobra el juicio (Zmúdrenie Sancha Panzu, 1986). En esta obra que lleva el subtítulo Pieza teatral según los motivos de
la novela cervantina Don Quijote (Hra na
motívy Cervantesovho románu Don Quijote) el autor recrea algunos momentos importantes de la novela
cervantina, pero no es don Quijote, sino su escudero quien ocupa el papel central. Asimismo, algunos poetas eslovacos
(sobre todo los de la generación contemporánea a la Generación del 27
española, como por ejemplo Ladislav Novomeský) recrearon en sus poemas una serie de motivos
quijotescos.1
1 La autora del presente artículo estudia más detalladamente este aspecto en su ensayo titulado “Itinerario donquijotesco en
la literatura eslovaca.” Paralelo 50.
Revista de la Consejería de Educación. Polonia, Eslovaquia, república Checa y Rusia
3 (diciembre 2006): pp. 50-57.
Aunque estas obras literarias eslovacas con motivos quijotescos no siempre destaquen por sus cualidades estéticas, son un importante testimonio sobre las formas y vías de recepción de la novela cervantina en nuestro ambiente cultural. A estudiar dicha problemática se orienta el proyecto de investigación VEGA 1/0853/14 Don Quijote en el mundo y en Eslovaquia, que actualmente llevamos a cabo un grupo de profesores y doctorandos del Departamento de Lenguas Románicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Comenio de Bratislava. En el presente artículo expondremos más detalladamente un problema particular, intentando hacer un análisis comparativo de la primera recreación del Quijote cervantino en la
literatura eslovaca. Se trata de una novela satírica, publicada
en alemán bajo el título Bendeguz,
Gyula Kolompos und
Pista Kurtaforint, que vio la luz en 1841 y cuyo autor es un importante dramaturgo eslovaco
Ján Chalupka (1791-1871).
Sin tener un mayor valor literario para el lector actual, la novela de Chalupka es significativa, dado que, como lo intentaremos demostrar, cronológicamente marca el inicio de la recepción de la novela cervantina no sólo en el contexto cultural eslovaco, sino también en más amplio contexto del Reino de Hungría. Además, esta novela se adelanta más de un siglo a la primera traducción completa del Quijote al eslovaco, aparecida en 1953. Para que mejor se entienda esta curiosidad, expondremos en breve el contexto histórico-cultural en el que se desarrollaba la recepción eslovaca de la obra cervantina.
Dadas las circunstancias geográficas e histórico-políticas, el desarrollo de la literatura eslovaca en el siglo XIX estuvo marcado por estrechos contactos con las culturas y literaturas centroeuropeas circundantes, la húngara, la checa y la alemana, sobre todo. Al contrario, las relaciones con las literaturas románicas fueron más bien esporádicas y orientadas hacia las obras y autores más representativos. Estas circunstancias histórico-culturales determinaron el carácter mediatizado e indirecto de la primera recepción eslovaca de la novela cervantina, cuya lectura se realizó a través del filtro de otras literaturas y lenguas. Así se hizo posible que las huellas del Quijote en la cultura y literatura eslovacas se evidenciaran mucho antes de aparecer la primera
traducción completa del Quijote al eslovaco en 1953, aunque, si bien es cierto, la primera
traducción apareció unos decenios antes, en 1926 o 1927. Sin embargo, no se trata de una traducción completa, sino de una adaptación abreviada para los niños.2
2 Véase el artículo
de E. Palkovičová “Don Quijote en Eslovaquia” ¿Quo vadis romanística? Ed. B. Ulašin. Bratislava: Univerzita Komenského, 2014. pp. 170-179.
La aparición del ingenioso caballero en nuestro contexto cultural, se debe en gran parte al romanticismo alemán, cuyos representantes sentían una gran admiración por el Quijote. Alrededor de 1800 la ciudad de Jena se convierte en un importante centro cultural. Las paredes de su universidad vieron nacer un círculo de escritores románticos encabezado por los hermanos Friedrich y August Wilhelm Schlegel, cuyo miembro destacado fue Ludwig Tieck. Ellos rompieron con las convenciones clasicistas y se inspiraron en la obra de Goethe. La inquietud de estos escritores por la literatura clásica española motivó el desarrollo de los estudios hispánicos. Por aquellos años nacieron dos importantes versiones alemanas del Quijote que se difundieron también por toda Europa Central. La traducción prerromántica de F. Bertuch (1775) despertó el interés intelectual por la novela cervantina, sin embargo, fue la traducción romántica de L. Tieck (1799-1801), completada con el epílogo de H. Heine, la que dio un nuevo impulso a la difusión de la novela y gracias a la cual el Quijote pasó a formar parte de la literatura universal.
En los primeros decenios del siglo XIX la Universidad de Jena se convirtió en
Alma Mater de muchos jóvenes intelectuales protestantes húngaros de nacionalidad eslovaca. Tras las reformas de José II de Habsburgo-Lorena que reconocían la libertad de culto (1781), a los futuros pastores protestante se les posibilitó estudiar en las universidades alemanas, dado que su formación en Austro-Hungría todavía no había sido institucionalizada. Por la Universidad de Jena pasó un grupo importante de los futuros escritores eslovacos, entre ellos J. Kollár, P. J. Šafárik y K. Kuzmány. Entre los años 1816- 1817 allí estudió también Ján Chalupka (1791-1871), autor de la primera novela de la literatura eslovaca en la que se pueden rastrear huellas del Quijote cervantino. Se trata de la
mencionada novela
satírica titulada
Bendeguz, Gyula Kompos und Pista Kurtaforint,
redactada en alemán, que se publicó anónimamente en la imprenta de Otto Wigand en Leipzig, en 1841. Aunque no lo hemos podido averiguar, nuestra hipótesis consiste en que fue durante sus estudios en Jena que J. Chalupka se pudo familiarizar con una de las versiones alemanas del Quijote cervantino, que le sirvió de pretexto para su novela.
Al identificar la naturaleza de vinculaciones entre el pretexto cervantino y el
postexto de Chalupka, lo primero a señalar es que Bendeguz, Gyula Kompos y Pista Kurtaforint es una novela de aventuras, cuyos protagonistas, dos hidalgos eslovacos ‘magiarizados’ llamados Bendeguz y Gyula, acompañados de su criado Pista, emprenden un viaje absurdo a Asia en busca de la patria originaria de sus antepasados húngaros. Sobre la
naturaleza de relaciones intertextuales de la novela nos informa su subtítulo: Eine Donquixottiade nach der neuesten
Mode. Dichtung un Wahrheit (Una donquijotada según la moda más reciente. Poesía y verdad). La expresión
‘donquijotada’ apunta al carácter
quijotesco y paródico de la novela, dado que la palabra referida adquiere una connotación peyorativa y designa una empresa descabellada, como es la misión que se proponen llevar a cabo los hidalgos eslovacos, o sea encontrar la patria de los húngaros. Recordemos que el propio Cervantes utiliza esta palabra en tono burlesco en el capítulo cuarto de la Segunda Parte de su novela para referirse a las locuras de su héroe: “Vengan más quijotadas, embista don Quijote y hable Sancho Panza... ”, exclama el bachiller Sansón Carrasco (Cervantes 577).
La segunda parte del subtítulo (Poesía y verdad) hace referencia a las memorias de Johann Wolfgang Goethe, aparecidas bajo el título Dichtung und Wahrheit (1811-1833). La referencia a la obra de Goethe indica que la novela no es pura ficción, sino que dentro del marco ficcional se inserta reflejada la auténtica realidad de la sociedad multicultural húngara, en la primera mitad del siglo diecinueve.
J. Chalupka construye su novela con arreglo al esquema formal de la novela cervantina. El eje estructural de las dos novelas es el viaje de aventuras que emprenden los protagonistas a lomo de sus caballos. De la misma manera que don Quijote, los hidalgos de Chalupka hacen una salida de su lugar natal, un pueblo de Turiec, y después de una serie de aventuras vuelven, sin cumplir su propósito. A lo largo de los treinta y cinco capítulos de la novela chalupkiana se relatan las aventuras que sufren nuestros protagonistas durante su expedición y se presentan diferentes obstáculos y situaciones a los que deben enfrentarse. Desde Turiec, pueblo situado en la actual Eslovaquia central, nuestros protagonistas se dirigen a Budapest y desde allí se van a Transilvania, en la actual Rumania. Llegan hasta Budapest, donde su viaje se ve inesperadamente interrumpido, por lo cual deben volver. Igual que el don Quijote cervantino, nuestros hidalgos pasan durante su viaje por diferentes pueblos y ciudades del Reino de Hungría. Chalupka pinta estos lugares de una manera viva y divertida. Para poner un ejemplo, aducimos la descripción de Gyöngyös, una ciudad húngara, al pie de los montes Mátra:
Gyöngyös se halla en el centro de Hungría, justamente como Jerusalén se halla en el centro del mundo. Gyula lo demostró trigonómetricamente a sus acompañantes
cuya curiosidad quedó alentada hasta el extremo. La ciudad correspondía a sus expectativas. Cada uno de ellos encontró allí algo entrañable para sí. Al cazador Gyula se le antojó entrar en el robledal, a Pišta se le hacía agua la boca al avistar la frescura de las viñas, a Bendeguz le maravilló una gran cantidad de almendros, que le dieron pensar en Italia. (Chalupka 118)
Además de tener un valor estético, semejantes descripciones de diferentes lugares geográficos con los variados modos de vida de la gente en los tiempos de la antigua Austro- Hungría representan hoy día un valor añadido, ya que nos posibilitan conocer una realidad social ya desaparecida.
Los protagonistas de las dos novelas analizadas son hidalgos empobrecidos, convertidos en caballeros andantes. Aunque Chalupka repetidamente denomina a sus protagonistas ‘caballeros’ (rytieri), en realidad, en su libro faltan muchos importantes motivos y tópicos caballerescos, como por ejemplo la investidura del héroe o los sabios encantadores. Por otra parte, es llamativo que el escritor eslovaco desdobla al personaje de don Quijote en dos opuestos. Bendeguz, como autor del proyecto, representa el principio actuante, emprendedor, mientras que su compañero, Gyula Kolompos, representa el polo ideológico, es portador de la ideología del nacionalismo húngaro. Los dos personajes están satirizados en la novela. Lejos de ser refinados y galantes, como solían ser los caballeros andantes, están representados como personas vulgares y toscas. En lugar del amor idealizado hacia una dama, lo que representa un motivo fundamental de los libros de caballerías, aparecen varias escenas eróticas.
Igual que don Quijote sale acompañado de su escudero Sancho Panza, Pista y Gyula van acompañados de su sirviente Pišta Kurtaforint. Conforme a la opinión de algunos estudiosos (Mráz 17), este personaje fue creado según el modelo de Sancho Panza. Sin embargo, en la novela no encontramos su más detallada descripción física y, en cuanto a su carácter, es una mezcla de ingenuidad y astucia, como el de su modelo cervantino.
Sin embargo, los motivos que hacen obrar a nuestros héroes son distintos. Don Quijote es un loco generoso. Su comportamiento desequilibrado y, a veces, absurdo, se debe a su exaltada lectura de los libros de caballerías. Don Quijote trata de convertir la ficción en realidad y con un entusiasmo fascinante emprende una serie de aventuras, de las que, las más veces, sale apaleado y derrotado.
A los protagonistas de la novela de Chalupka los llevan a obrar unos motivos de otra índole. El exagerado idealismo de ellos se debe a su convicción firme sobre el papel privilegiado de los ‘magiares’ y de la lengua húngara en la sociedad de entonces. Cegados por la idea del nacionalismo húngaro, ellos cambian sus nombres y apellidos eslovacos por su forma ‘magiarizada’ y emprenden su viaje para descubrir la patria originaria de los magiares y cobrar, así, la fama.
En la sociedad multicultural austro-húngara los intentos de fortalecer la formación política de la nación y del Estado húngaros no pudieron no llegar a chocar con los intereses de las naciones no húngaras que vivían en este territorio. Chalupka enfoca estas tensiones en su aspecto lingüístico. El intento de imponer el húngaro como lengua oficial significó que los que usaban otras lenguas debían renunciar a su uso y aceptar una lengua ajena. Estos procesos iban muchas veces acompañados del fenómeno de apostasía, que es lo que se convierte en el blanco de la sátira chalupkiana. Bendeguz y Gyula son apóstatas, personas que reniegan de su lengua materna y de su nacionalidad eslovaca en busca de un ideal quimérico.
Es bien sabido que la novela cervantina rebosa de humor y comicidad. Su autor se propuso divertir al lector, poniendo en ridículo los libros de caballerías, “deshacer la autoridad y la cabida que en el mundo y en el vulgo” ellos tenían (Cervantes 13). El Quijote es una novela de caballerías burlesca. Sin embargo, en el siglo dieciocho se puso de moda otra interpretación y, de acuerdo con ella, Cervantes no ridiculiza los libros de caballerías, sino que ataca la concepción que la aristocracia caballeresca tenía de sí misma. Bajo dicha óptica, el personaje de don Quijote no se veía sino como un hidalgo retrógrado, atrapado en unas locuras inútiles.
Igualmente, la novela de Chalupka destaca por su aspecto humorístico, que se acentúa desde el prólogo. Para designar la filiación genérica de su obra, el autor se vale de la expresión ‘una tontería humorística’ (humoristická hlúposť). El humor se manifiesta tanto en las diferentes situaciones cómicas en las que se encuentran nuestros protagonistas como en su lenguaje macarrónico que es una mezcla del húngaro, eslovaco y algo de latín defectuoso. Sin embargo, el humor en Chalupka adquiere una dimensión de sátira social mordaz. Bendeguz y Gyula son dos hidalgos apóstatas, cegados por sus ideas absurdas. A diferencia de don Quijote, son personajes exclusivamente ridículos.
Además de ofrecer un retrato satírico de sus protagonistas, el escritor eslovaco se sirve de una serie de procedimientos narrativos, tomados de Cervantes. Imita, aunque solo
en parte, también el juego autorial cervantino. Al igual que Cervantes que finge que su novela es una traducción del árabe, Chalupka finge que su texto es una traducción del húngaro al alemán. Nos lo sugiere en el prólogo, en cuyo título, “Conjeturas conjeturales sobre el autor conjetural de esta historia” (Domnelé domnienky o domnelom pôvodcovi tejto histórie), hay un evidente juego de palabras. El título busca reforzar nuestra incertidumbre al respecto del autor de la novela. Él es anónimo, pero a partir de unas cuantas informaciones biográficas que se nos ofrecen (por ejemplo, estudió en Gemer,3 conoce bien Budapest, es un Ulises viajero, habla varias lenguas extranjeras), podemos suponer que se trata del mismo Chalupka.
Igualmente, el autor del prólogo es anónimo, ya que firma su prólogo con la sigla XY, proclamando ser ‘gran admirador’ del autor de la novela. El prologuista anónimo recurre al procedimiento del manuscrito encontrado, usado frecuentemente en los libros de caballerías. Él finge ser el traductor del texto encontrado, aunque no se especifican ningunas circunstancias acerca de cómo lo encontró. En cambio, nos dice que el texto redactado originariamente en húngaro contenía muchos errores gramaticales y, por ello, cree que su autor no pudo ser de nacionalidad húngara. Por otro lado, cabe admitir que este anonimato haya podido tener también una motivación política, ya que la novela destaca por su intención satírica. A lo largo de sus páginas, Chalupka realiza duras críticas a la política oficial de magiarización.
La
dimensión crítica y actualizante de la novela no
impide a su autor desarrollar toda la riqueza de propuestas temáticas, contenidas en la novela de Cervantes. Sin embargo, uno de los motivos ampliamente explotados por el escritor
eslovaco es la cultura libresca.
Al igual
que en la novela de Cervantes, la literatura (en este caso la húngara) es gran protagonista
de la novela chalupkiana. Empezaremos señalando que
la mayor parte de los treinta y cinco capítulos
en los que se relatan
las aventuras de nuestros hidalgos,
va precedida
de epígrafes en húngaro, tomados
de las obras literarias húngaras.4
3 Un pueblo eslovaco cerca de Tornala, en la
antigua capital del antiguo distrito geográfico político homónimo (Gemerská župa).
4 El estudio más detallado de las
referencias a las obras literarias húngaras
referidas en la novela analizada queda fuera de nuestro interés. Sólo quisiéramos
destacar que un importante papel se le concede a la literatura de viajes, de moda en aquel entonces, por lo que en la historia de la literatura eslovaca la novela
de Chalupka se califica como ‘literatura de viajes’.
Los protagonistas chalupkianos discuten sobre diferentes aspectos literarios, pero en muchos casos se trata de una seudodiscusión con matices irónicas. Imitando a los personajes cervantinos, nuestros hidalgos llegan a comentar despectivamente a su autor y su obra: “Váyase al diablo con todas las canciones eslovacas, publicadas en Budapest, junto con el autor de Kocúrkovo…”,5 exclama en una ocasión Bendeguz irritado (Chalupka 68). Este
episodio nos hace recordar vivamente el sexto capítulo de la Primera Parte del Quijote que
trata del “donoso y grande escrutinio” que el cura y el barbero hicieron en la biblioteca de don Quijote. Entre otros libros el cura encuentra La Galatea de Cervantes y dice que su autor es gran amigo suyo (Cervantes 68).
Al arte cervantino de narrar se deben también otros procedimientos manejados por Chalupka en su novela. Las aventuras de los hidalgos eslovacos se presentan como una historia verdadera, redactada por un cura, una suerte del cronista cervantino. Llama la atención el hecho de que el cura que redacta la historia de nuestros protagonistas sea su amigo personal. Bendeguz y Gyula le encargaron que describiera su viaje y que enviara el manuscrito a Otto Wigand. Advirtamos que se trata de un editor real, en cuya casa editorial de Leipzig salió la novela de Chalupka. Resulta que el escritor eslovaco, al igual que Cervantes, juega con sus lectores, mezclando los personajes ficticios con los personajes reales. Además, igual que los personajes cervantinos que se enteran de que su historia circula por el mundo publicada en un libro, Bendeguz y Gyula tienen una experiencia similar, pero las informaciones escritas sobre sus aventuras se corresponden con el tiempo en que viven. Toda esta grotesca búsqueda de la patria originaria de los húngaros se comenta asiduamente en la prensa húngara y así a lo largo de todo su viaje los protagonistas pueden leer informaciones sobre sí mismos en los periódicos.
Por otra parte, a diferencia de Cervantes que en su novela recurre a un complicado sistema de narradores, multiplicando las perspectivas narrativas, Chalupka se vale de los procedimientos narrativos convencionales, relatando las peripecias de sus personajes en tercera persona de un autor omnisciente e impersonal. El escritor eslovaco no llega a explotar la instancia narrativa de un autor ficticio, que en la novela de Cervantes aparece en persona de Cide Hamete Benengeli, aunque este recurso le hubiera permitido tomar un
5 Kocúrkovo es
denominación del ciclo de cinco comedias de J. Chalupka
(1830-37). El título hace alusión
a un lugar ficticio (una suerte del Tacañón
del Todo español), cuyos habitantes resultan
ridículos por su oscuridad y mentecatez.
mayor distanciamiento de lo narrado. Al contrario, de vez en cuando entra en la narración en primera persona de plural para hacer comentarios sobre lo narrado.
A modo de conclusión de nuestro análisis comparativo de la novela de Chalupka
Bendeguz, Gyula Kolompos y Pišta Kurtaforint, quisiéramos destacar los siguientes aspectos:
En primer lugar, si comparamos la tematización en ambos autores, podemos constatar que la novela de Cervantes es atemporal y universal, mientras que la de Chalupka, como cualquier sátira política, es actual e inmediata. Bajo esta luz, la novela de Chalupka aparece como un postexto temporal de un pretexto atemporal. Aunque el autor eslovaco conserva ciertas constelaciones formales de la novela cervantina (el viaje de aventuras como eje estructural, la idea exagerada de un proyecto muy ambicioso, el comportamiento desatinado de los protagonistas), él las colma de un contenido actual, centrado en la crítica a la política de magiarización, por una parte, y la propensión de la hidalguía eslovaca a extranjerizar, por otra. Desde esta perspectiva se hacen claras razones de la publicación del libro en alemán. El escritor eslovaco buscó una forma de obtener, a través de su novela, un impacto social más amplio. Sin embargo, el libro quedó en el olvido por más de un siglo y sólo en 1953 apareció su traducción eslovaca, que se debe a J. V. Ormis.
En segundo lugar, parece que J. Chalupka, a pesar de respirar la atmósfera romántica de Jena en su años universitarios, no llegó a abrazar la interpretación romántica del Quijote y quedó influido por su interpretación dieciochesca. Sus representantes leyeron la novela cervantina como una parodia burlesca de la aristocracia española trasnochada y en el personaje de don Quijote vieron un hidalgo retrógrado e iluso. Como señala J. Álvarez Barrientos “[l]a forma y estructura, el ‘espíritu crítico’ estaba a merced de cualquiera que empleara estos recursos para la sátira” (80). Así lo hizo el escritor eslovaco, que se valió de los recursos cervantinos para satirizar las lacras de la sociedad multicultural húngara de su tiempo. Sus personajes representan a unos hidalgos apóstatas, cautivos de sus ‘ideales’ absurdos y, como tales, quedan satirizados por su autor.
En tercer lugar, la novela de Chalupka, publicada en 1841 en alemán, tiene la primacía sobre otros textos eslovacos inspirados por el Quijote, por ser la primera ‘golondrina’ que vaticina la futura recepción de la novela cervantina en nuestro ambiente cultural a lo largo del siglo diecinueve. Además, se adelanta con siete años a la primera adaptación del Quijote al húngaro, aparecida en 1848, que representa, según las palabras del hispanista húngaro Z. Kiss, “el primer texto quijotesco en lengua húngara” (32). Sin riesgo
de exagerar, podemos añadir que la novela de Chalupka es una de las primeras recreaciones satíricas del texto cervantino en el ambiente multicultural del Reino de Hungría.
Por último, el hecho de que el escritor eslovaco apostó por una ‘donquijotada’ para hacer sus críticas a la política de magiarización y para satirizar a la hidalguía eslovaca, propensa a renegar de su lengua y de su cultura, indica que la sociedad centroeuropea de la primera mitad del siglo diecinueve estaba ya familiarizada con la novela de Cervantes. De lo contrario, esta curiosa recreación quijotesca no hubiera acertado a dar en el blanco.
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