Colindancias (2018) 9: 33-42

 

Bojana Kovačević Petrovič

Universidad de Novi Sad

 

 

La recepcién de las novelas cortas hispanoamericanas en Serbia: una aproximacién

Spanish American Short StoriesReception in Serbia: An Approximation

 

Recibido: 10.11.2018 / Aceptado: 17.12.2018

 

 


 

Aspectos introductorios

 

Investigando la presencia de las novelas cortas hispanoamericanas primero en Yu- goslavia (hasta 1990) y luego en Serbia, hemos considerado los libros publicados entre 1964 y 2017, asimismo hemos consultado algunas ediciones previas a ese periodo. A propósito de nuestra investigación hemos entrevistado a cuatro personas que han tenido relación directa con la traducción, edición y publicación de esos libros, o formaban parte de las primeras generaciones de hispanistas serbios formados en el Departamento de Lenguas Romances, en el Grupo de Lengua y las Literaturas Hispanas, y en la Cátedra de Estudios Ibéricos1. Además, gracias a los testimonios de la traductora Silvia Monrós Stojaković, la traductóloga Aleksandra Mančić, el profesor de literatura hispanoame- ricana Dalibor Soldatić y el traductor y editor Branko Andić, hemos recibido varias informaciones basadas en su propia experiencia editorial y traductora (los cuatro tradu- jeron varias novelas cortas) y, por consiguiente, algunos pormenores que no figuraban en ninguna fuente escrita.

El profesor Dalibor Soldatić del Departamento de Estudios Ibéricos de la Facul- tad de Filología de la Universidad de Belgrado, en su artículo “Las literaturas hispánicas en Serbia”, publicado en la primera edición de la revista Colindancias de la Red de His- panistas de Europa Central, afirma que:

 

hab1ar de la presencia de las literaturas hispánicas en Serbia resulta ser una tarea bastante compleja st se toman en cuenta todas las circunstancias históricas en las que se ha visto envuelto el país y se quiere presentar un panorama histórico desde sus principios. En efecto, hay que tener en cuenta el hecho de que varios de los actuales países balcánicos convivieron durante varios decenios en un país común, que sus destinos estuvieron ligados en varias ocasiones en los siglos pasados y que durante cierto tiempo hasta el idioma que usaban era considerado como uno: el serbo-croata. (2010: 21)

 

Aunque nuestra investigación abarca sobre todo el periodo a partir del boom lati- noamericano2, la traductora y traductóloga Aleksandra Mančić acentùa que:

 

La enseñanza del español en la Universidad de Belgrado empezó en 1951, dentro del Departamento de Lenguas Romances en la Facultad de Filología de la Universidad de Belgrado, gracias a1 lector español José Bort Vela, pero el programa de licenciatura se inició con la fundación del Grupo de Lengua y Literatura en 1971, dentro del Departamento de Lenguas Romances, cuya primera jefa fue la profesora Dra. Ljiljana Pavlović Samurović.

2 El hispanista croata Milivoj Telećan publicó dos artículos titulados “Contribución a la bibliografía de traducciones de literatura hispánica en Yugoslavia” entre 1864 y 1971 (Studia Romanica et Anglica Zagrabiensia 33-36 [1972-1973]: 807-839), y entre 1971 y 1977 (Studia Romanica et Anglica Zagra- biensia 1-2 [1978]: 531-548), que abarcan las obras de autores de España y América Latina publicados en Yugoslavia en los periodos respectivos. Cabe destacar que la lengua serbo-croata es el ùnico idioma con dos variantes: una serbia y otra croata, y que en la época de Yugoslavia los libros publicados en una u otra república se leían, distribuían y vendían en las dos partes del país.


 

 

 

habría que empezar por los aíİos veinte y los treinta del siglo XX,1as traducciones de las novelas cortas del peruano Ventura García Calderón, traducidas por Kalmi Baruh y publicadas en Belgrado, y del uruguayo Horaciouiroga, con su Ana- conda, o del nicaragüense Rubén Darío, La Muerte de Fray Pedro, traducida por Jakša Sedmak en la famosa colección 1000 najlepših novela (Las 1000 más bellas novelas cortas), publicada en los aíios 20 y 30 en Zagreb. También, la actividad de la casa editorial NOLIT, de los hermanos Bihaly, en Belgrado, que se dedicaba a las traducciones de obras de compromiso político de izquierdas. (2018)

 

Cabe mencionar que Kalmi Baruh es considerado “el pionero del hispanismo en este territorio” (Soldatić 2011: 27). Era descendiente de una de las primeras familias sefardíes asentadas en Bosnia y se doctoró en Viena en 1923.

Durante la época de los cincuenta’ aparecieron dos novelas cortas del autor ecua- toriano Jorge Icaza: la casa editorial Zora de Zagreb publicó HíjOS del vient0 (Huaira- pamushcas) en 1957 (traducción de Ivan Većerina) y la casa editorial RAD optó por Huasipungo (traducción de Rajna Durdev), que tuvo una primera edición en 1964 de

30.000 ejemplares (la segunda edición la publicó medio siglo más tarde, en 2010, la editorial Utopija de Belgrado). Este ùltimo es uno de los libros cruciales de la literatura indigenista, que de cierta manera sentó las bases para el futuro del realismo mágico.

Otra interlocutora de esta investigación, Silvia Monrós Stojaković, traductora bi- lingüe de una centena de libros tanto del espanol a1 serbio como a1 revés, a nuestra pregunta de cómo eran las primeras políticas y los conceptos editoriales de entonces, respondió lo siguiente:

 

Cuando en la Yugoslavia de entonces aparecieron las primeras novelas hispanoa- mericanas, las casas editoriales de envergadura, tanto en Serbia como en Croacia, aparte de tener un amplio planteamiento en cuanto a la literatura contemporánea mundial, se atenían a la costumbre de publicar una vez a1 ano sus planes con res- pecto a las obras a editar, de manera que no podía darse que una misma obra fuera traducida por dos traductores a1 mismo tiempo. Además, en aquella época en que el libro todavía no era considerado como una mera mercancía, las editoriales se esmeraban en que sus redactores fueran verdaderos expertos en la materia desde el punto de vista esencialmente literario. (2018)

 

Por otro lado, Soldatić destaca que “La crisis provocada por la desintegración de Yugoslavia seńaló la separación definitiva de los mercados y la comunicación entre los diversos centros culturales que anteriormente habían sido complementarios” (2010: 27) y que “las sanciones económicas impuestas a Serbia por la comunidad internacional

La Dra. Aleksandra Mančić añade que ya en los años cincuenta en Yugoslavia se publicaron novelas de Jorge Icaza, y, por supuesto, de Miguel Angel Asturias, o José Eustasio Rivera y que por eso “es difícil hablar sólo de novela corta, ya que entonces no tenemos en cuenta las traducciones de autores como Miguel Ăngel Asturias, Rómulo Gallegos (ambos autores traducidos al serbio y a1 croata, publicados en Belgrado y en Zagreb), presentes en traducciones desde los años cincuenta” (2018).


 

dejaron ciertamente sus huellas en la actividad editorial. Entre otras cosas ha bajado considerablemente el poder adquisitivo de la población” (2010: 27). Sin embargo, hay que tener en cuenta que:

 

desaparecieron varias casas editoriales grandes y renombradas de la época yugosla- va (por ejemplo BIGZ, Nolit, Narodna knjiga), pero surgieron otras nuevas. Asi- mismo, el mercado y la situación económica en el país cada vez iban poniendo más en peligro la calidad de las obras traducidas. (Kovačević Petrovič 2016: 432)

 

Por otro lado, la base serbia de datos bibliográficos, COBISS, demuestra que había una variedad de publicaciones de los autores mundialmente conocidos y de los me- nos presentes en las historias de la literatura hispanoamericana tanto en las décadas de 1970 y de 1980 —durante la época de Yugoslavia— como a partir del ańo 2000. Según la opinión de Silvia Monrós, la desintegración de Yugoslavia “coincidió con un viraje económico tendente a imponer leyes de mercado que, en una sociedad empobrecida, implicaron ct deterioro de la calidad de las traducciones, a1 tiempo que las nuevas edito- riales comenzaron a competir entre a partir de la cantidad” (2018). Por su parte, Andić considera que:

 

el asesinato oficial y político del serbocroata ha surgido porque permitió el merca- do negro de los derechos adquiridos. Por ejemplo, si un editor serbio, croata, bos- mo-herzegovino compra el derecho de traducir y publicar un libro para su propio país, es fácil robar una traducción del país vecino y el idioma familiar, adaptarla localmente y poner el nombre de un traductor ficticio. Esto hacía dano a la re- putación del editor, despertaba la sospecha de los agentes y atraía conflictos y el ambiente de sospecha en lugar de la cooperación entre los editores. Por cierto, asimismo había casos de compra ocasional de derechos de autor, pero en aquella época los abusos eran más frecuentes. (2018)

 

El caso más drástico era el de Gabriel García Márquez, que explicaremos más adelante, pero había otros tantos (Aura de Carlos Fuentes, dos novelas de Zoé Valdés, etc.) que desgraciadamente arruinaron la reputación de Yugoslavia como un verdadero imperio traductológico según el número de habitantes y de traducciones publicadas.

 

Novelas cortas del pre-boom

Aunque Ernesto Sabato podría pertenecer a varias etapas de la literatura de su continente, su lugar en este grupo fue determinado por la fecha de la publicación de su primera novela, El tiinel (1948). La primera edición serbo-croata de ese libro se produjo en 1969, gracias a la famosa colección “Palabra y pensamiento” de la casa editorial bel- gradense RAD. La traducción de Rajna Durdev registró uno de los tirajes más prestigiosos de los dos países, con seis ediciones en total. La última se realizó en 2004 y constó de 150.000 ejemplares (destinados a la venta en quioscos). Entre tanto, apareció una nueva traducción, de Slavica Kojić, publicada por la Editorial Plato (2001, 2011, 2017). Es interesante que, de nueve ediciones en total, dos se publicaron en letra latina, y siete en cirílico (los dos alfabetos se siguen utilizando en Serbia).


La única novela de Adolfo Bioy Casares en serbio es La invencián de Morel(1940), traducida por Aleksandra Mančić y publicada por la RAD belgradense en 1995. La traductora —en aquella época joven profesora de Traducción en el Departamento de Filología Hispánica de Belgrado— destaca que:

 

La invencián de Morel entró en el foco mucho más tarde, ya en la época cuando estudiaba el espańol y sus literaturas, ya conocía muchas obras y sus autores. Creo que esta novela de Adolfo Bioy Casares no es fácil de sentir, no es fácil de penetrar. Además de las intertextualidades que creaba el autor escribiéndola (el texto es de 1940), ellector puede, y debe, crear las suyas propias, más contemporáneas (2018)

 

La misma traductora introdujo a Bioy Casares como novelista en la cultura serbia en 1990, gracias a la traducción del libro Sets probleWD5 para did IIidro Parodi, escrito en colaboración con Borges.

Cabe decir también que la Casa Editoral Dereta publicó la primera traducción ser- bia de El reino de este mundo (1949) de Alejo Carpentier en 2016 (traducción de Ksenija Sulović, tiraje 1000), que por cierto en este país no se considera una novela corta.

 

Novelas cortas de los autores del boom

Según Aleksandra Manćić, “hablando de la novela corta hispanoamericana y sus traducciones en Yugoslavia, los aííos setenta y ochenta del siglo XX ya son una época de pleno desarrollo de la actividad traductora, y de las traducciones de las grandes novelas del así llamado boom” (2018). Por otro lado, Dalibor Soldatić destaca que el así llamado boom de la novela hispanoamericana en Yugoslavia empieza en realidad con la publi- cación de Cite años de soledad de Gabriel García Márquez en 1973 y que “el libro pasó inicialmente desapercibido hasta que no fue mencionado por varios críticos y profesores de literatura en una encuesta anual del diario Politińa de Belgrado como uno de los acontecimientos culturales más importantes del ańo (2010: 26). Entre tanto, el traduc- tor y editor Branko Andić considera que las novelas cortas —El tiinel, Cránica de una muerte anunciada, El coronet no tiene guien le escriba, etc. formaban parte de la “idea de conocer, introducir a los maestros del boom y no de la conciencia de que se trataba de novelas cortas” (2018).

Aleksandra Manćić indica que Lal DrotDS SecretaS de Julio Cortázar, en traducción y con el prólogo de Radoje Tatić, de 1969 y en edición de NOLIT en su colección Orfej, dirigida por su legendario editor Zoran Mišić, es donde por primera vez apareció EJ Per5eguidor, y destaca la importancia de esa obra en su propia carrera profesional:

 

Más de treinta anos pasaron hasta que yo traduje esta novela corta dentro del marco del proyecto de traducción de cuentos completos de Julio Cortázar. Esta


 

 

novela corta, que leí por primera vez en el colegio, era, junto con otros cuentos de Cortázar y Borges, un móvil fuerte para dedicarme a1 estudio de las letras hispá- nicas. (2018)

 

Los finales de los ańos 70 fueron muy exitosos en cuanto a las novelas latinoame- ricanas en Yugoslavia: en 1978 se publicó Aura de Carlos Fuentes, traducida por el his- panista serbio Branko Andić, como parte de la Biblioteka Erotikon de la casa editorial Prosveta, en aquella época una de las más prestigiosas. La misma traducción dos aíios después fue publicada en braille, y su tercera edición vino casi dos décadas después, en 1999, de parte de la Editorial Beopolis y sin avisarle a1 traductor4. Es interesante que el primer tiraje fue de 5000 ejemplares, y el ùltimo de 300.

Entre los autores de las novelas cortas de la época de la internacionalización de la literatura hispanoamericana, el caso más específico era e1 de Gabriel García Márquez. El escritor colombiano era uno de los más leídos en Yugoslavia después de la publicación de El coronet no Irene guien le escriba en 1978 en Zagreb5. La misma traducción, ampliada con La h0jDrDSca, se publicó por tres editores yugoslavos (Globus y Prosvjeta de Zagreb, y Svjetlost de Sarajevo) en 1985.

Aleksandra Mančić advierte de que:

 

tampoco se pueden olvidar las traducciones de obras completas de Borges y de García Márquez emprendidas por las editoriales croatas, que leíamos, se entiende, y que forma- ban parte de nuestras biblîotecas y de nuestras lecturas cotidianas. Así empezó la gran era de las traducciones de la literatura hispanoamericana, con esfuerzo de decenas y de- cenas de traductores, y un elenco de editores cuidadosos, de los cuales hay que destacar el esfuerzo de Milan Komnenić, editor de la colección Hispanoameričkiroman (Novela hispanoamericana),que reunió seis importantes casas editoriales de Belgrado y Sarajevo. Después, la literatura hispanoamericana se hizo omnipresente, y comparte su destino con las demás literaturas de lenguas mundiales. (2018)

 

Por otro lado, tras la desintegración de Yugoslavia, Serbia se quedó por dos décadas sin las traducciones de García Márquez, por el problema del plagio de libros, un sistema legal inestable durante el gobierno de Slobodan Milośević y la prohibición de la agencia de Carmen Balcells. La traductora de varias obras de García Márquez, Silvia Monrós, lo explica de la siguiente manera: ya antes de la desaparición de un país prometedor que no pertenecía a ningún bloque “habíase producido un conflicto entre la Agencia Lite- raria Balcells de Barcelona y la editorial De je novine de Gornji Milanovac, puesto que las obras de ese autor colombiano se reeditaban sin previo aviso y menos aùn permiso”

 

La edición belgradense fue la única en el idioma serbo-croata hasta el año 2006, cuando en Croacia apareció el libro Aura y otros relatos, editado por Profil International de Zagreb y traducido por Tanja Trbuk y Simona Delić.

Ellibro fue traducido por uno de los mejores traductores de la época, Milivoj Telećan, y publicado por la Editorial Znanje de Zagreb. La segunda edición apareció el mismo año; la tercera, en 1979; y la cuarta, en 1982. En 1979 también se publicó la versión en braille, en Belgrado (editor Filip Viśnjić).


 

 

 

(2018). En los aíİos 2000, “por medio de sus contactos deportivos con influyentes barce- loneses, e1 Sr. Branko Bukvić, titular de la editorial Sezam Book de Zrenjanin, consiguió ganarse la confianza de la Sra. Balcells” (Monrós 2018) y se concretó la dinámica del trabajo en torno a la publicación de las traducciones de las novelas de García Márquez.

En cuanto a otra significativa novela corta de García Márquez, Cránica de una muerte anunciada (versión original 1981, traducción de Branko Andić, editorial Narodnaknjiga Belgrado, 1982, tiraje 19.000), tuvo solo tres ediciones en tres décadas: la segunda, de 1996, repetía editorial y traducción; pero la última, de 2011, apareció con la nueva versión de Silvia Monrós Stojaković (editorial Sezam Book, Zrenjanin, tiraje 2000).

Cabe mencionar dos libros de José Donoso exitosos en serbio: uno fue publicado en Yugoslavia, y otro en Serbia. £n mistPrlO5D dć'SD DrtCÎán de la marguesita de Loria (ver- sión original 1980, traducción de Milan Komnenić, editorial Prosveta, Belgrado, 1982, tiraje 20.000) y colic Madame (versión original 1982, traducción de Nina Marinović, editorial RAD 1997). Las dos forman parte de Cuarteto para Delfina.

 

Novelas cortas del Qosf-Room

Se ha de tener en cuenta que después de la explosión de autores latinoamericanos a nivel mundial ocurrió “la dispersión de los protagonistas de esa ola de narración his- panoamericana [...] pero en la época del post-boom aparecen nuevos escritores, quienes siguiendo sus propias ideas y necesidades empiezan a crear obras de una expresión lite- raria diferente” (Dickov 2016: 14).

Entre varias novelas cortas publicadas entre 1975 y 1990, destaca la recepción de Luna raJirnfr (1983) de Mempo Giardinelli, que publicó la Editorial Clio en 1994 (el tiraje era de 500 ejemplares) y la volvió a publicar Narodna knjiga en 2002 (en 1000 copias). La traducción de Ljiljana Popović Andić también se publicó como un folletín en el periódico serbio Politińa. Su éxito de comunicación con los lectores, según la opinión de Branko Andić, se basaba en varios aspectos, pero uno de los más significativos, “que fue el motivo principal de su éxito global” (2002: 112), fue la pregunta que Giardinelli planteó con su novela premiada “( sucedió después?”. Un aíÎo después de la publica- ción de Luna caliente,1a casa editorial Narodna knjiga publicó su De“cimo infierno (versión original 1999, traducción serbia de Marija Dragojević 2003, posfacio de Branko Andić), pero ellibro tuvo menor impacto en los lectores, a pesar de tener un tiraje de 1000 ejem- plares, bastante alto para aquella época.

La única novela de Jorge Edwards publicada en serbio es El mîłIPO de cera (versión original 1981, traducción de Sanja Kuśanić Babarović, editorial Srpska književna zadru- ga, Belgrado 2006, tiraje 1000).

La editorial Narodna knjiga de Belgrado también publicó Ardienïe paciencia del autor chileno del posboom Antonio Skármeta (primera edición 1999; segunda 2002; traducción de Silvia Monrós Stojaković), que, “por suerte, se fue abriendo su propio paso hasta ellector avisado, conquistándolo irreversiblemente” (Monrós 2018).

6 En el libro impreso figura de forma incorrecta el nombre de la traductora —Olivera Monrós-Stoja- ković—, pero en la entrevista que le hicimos a la traductora Silvia Monrós, ella nos confirmó que se


 

 

En cuanto at autor chileno Luis Sepúlveda, su primera novela corta publicada en serbio fue Un viej0 que leía novelas de amor (versión original 1989, traducción de Silvia Monrós Stojaković, editorial DBR International Publishing 1997, tiraje 1000; Verzal Press 1998, tiraje 2000; Paideia 2006, tiraje 2000), tras cuyo éxito la casa editorial Pai- deia publicó siete novelas cortas suyas: Mundo del fin del mundo (versión original 1994, traducción de Aleksandar Grujićić, 1999, tiraje 2000); Hisïoria de una gavioïa y del gaïo que le enseîiá a volar (versión original 1996, traducción de Aleksandar Grujićić, 1999, 2006, tiraje 2000); Sombre de torero (versión original 1994, traducción de Ljiljana Po- pović Andić, 2001, tiraje 2000); Diario de un Aill£r Sć'łIt1iTłental; Yacaré (versión original 1998, traducción de Biljana Isailović, 2009, tiraje 1000); Hot Line (versión original 2002, traducción de Jelena Petrović, 2014, tiraje 3000); LD Sombra de lv que fuiHlOI (versión ori- ginal 2009, traducción de Jelena Petrović y Jovana Zivanović, 2015, tiraje 1500).

Uno de los autores hispanoamericanos más traducidos en la última década —tanto en Serbia como en el resto del mundo— es Roberto Bolaíio. La primera novela corta traducida a1 serbio fue Estrella distante (versión original 1996, traducción de Igor Ma- rojević, editorial Svetovi, Novi Sad, 2004, tiraje 1000), seguida por Nocturno de Chile (versión original 2000, traducción también de Igor Marojević, editorial Laguna, 2007, tiraje 1500) y ocho años después se publicó Amuleïo (versión original 1999, traducción de Dušan Vejnović, editorial LOM, Belgrado, 2015, tiraje 1000), que fue la novela corta mejor aceptada por el público y la crítica y, además, premiada como mejor traducción del espaííol por parte de la Asociación de los Traductores Literarios Serbios. Hay que destacar que la revista de literatura y teoría POL QA de Novi Sad hizo un homenaje a Roberto Bolaíio en 2017, publicando un número especial’ de 500 páginas dedicado a1 escritor chileno, con una variedad de textos tanto de Bolaíio como de otros autores lati- noamericanos, espańoles, serbios que reflexionaron sobre su vida y obra.

Las primeras versiones serbias de la obra del escritor colombiano Álvaro Mutis se publicaron por la joven casa editorial IPC Media en 2017. Todas sus novelas cortas sobre su personaje más famoso se reunieron en un volumen de Empresas y Tribulaciones de Magroll el Gaviero de 797 páginas (tiraje 1000), primer libro de Mutis publicado en Serbia. Los traductores de esas novelas cortas son dos croatas con una impresionante bibliografía de traducciones, Milivoj Telećan y Tanja Tarbuk, y dos traductoras serbias, Dragana Bajić y Bojana Kovačević Petrović.

 

Autores actuales

En cuanto a la situación editorial actual, Branko Andić considera que en toda la región la política editorial está demasiado condicionada por las subvenciones de varios países que fomentan la traducción de sus autores, y, por consecuencia, “los autores de países latinoamericanos más pequenos y económicamente no disponibles a subvencionar las traducciones se quedan en la sombra de los primeros, salvo si se trata de los bestsellers

trataba de un error grave que la editorial nunca corrigió, a pesar de prometer “colocar una pegatina en la contraportada” (2018) con el nombre corregido.

Véase: http://po1ia.rs/2017/504/ [23/09/2018]


 

 

 

cuyo éxito en venta es garantizado” (2018). A pesar de eso, en la última década se pu- blicó una decena de libros importantes —incluidas varias novelas cortas—. La editorial Laguna publicó InSć'Hsatez de Horacio Castellanos Moya (versión original 2004, traduc- ción de Ljiljana Popović Andić 2013, tiraje 2000); la editorial Agora editó la primera traducción de César Aira at serbio, Un episodio en la vida del pintor viajero (versión origi- nal 2000, traducción de Bojana Kovačević Petrović 2017, tiraje 1000) —que resultó un éxito en la compra pública de libros para bibliotecas8 con 223 ejemplares vendidos—; y Distancia de rescaïe de Samanta Schweblin (versión original 2015, traducción de Ljiljana Popović Andić y Branko Andić 2017, editorial Agora, tiraje 1000).

Otro autor actual, el argentino Guillermo Martínez, es uno de los más traducidos a1 serbio. Su novela Acerca de R0derer fue publicada en Serbia en 1995 (traducción de Duško Vrtunski, editores Svetovi de Novi Sad y Kraj Beline de Apatin, tiraje desconoci- do) y además se trata de la primera traducción de ese autor a un idioma extranjero, pro- piciada gracias a su amistad con el escritor y matemático serbio Vladimir Tasić, colega de Martínez en la Universidad de Oxford. Hay que tener en cuenta que Branko Andić y su esposa y colega, la traductora Ljiljana Popović Andić, conocieron en Argentina a Guillermo Martínez a través de Mempo Giardinelli, “quien profetizó su gloria después de Roderer(Andić 2018). Fruto de esa amistad, se publicó en serbio ńn mujer del mDP5ÍrO (versión original 1998, traducción de Ljiljana Popović Andić, editorial Svetovi, Novi Sad, tiraje desconocido), solo dos aíios después de la versión original’. Además, Gui- llermo Martínez estuvo en Serbia dos veces, en 2015 (como invitado de la Embajada Argentina de Belgrado) y 2016 (en el Festival de Prosa de Novi Sad).

Una de las dos escritoras en esta lista de autores es la cubana con residencia per- manente en París Zoé Valdés, cuya novela más internacional, La nada cotidiana (versión original 1995), fue traducida por Aleksandar y Mirjana Grujićić y publicada por Paideia en 1999 (tiraje 2000). Otro libro de la misma autora que causó un gran impacto es su novela corta £n ć n del embajador (versión original 1995, traducción de Bojana Kovače- vić Petrović, edición de KCNS, 2013, tiraje 200). En total se han publicado seis obras de Zoé Valdés en el idioma serbio y ella estuvo en Serbia en tres ocasiones.

Entre las novelas cortas de los autores actuales cabe destacar Los nombres del aire de Alberto Ruy Sánchez (versión original 1987, traducción de Aleksandra Maćkić, edición de Narodna knjiga, Belgrado 2005, tiraje 1000) y dos novelas de Horacio Castellanos Moya: El Ic0 (versión original 1997, traducción de Marija Zurnić, editorial Puna Kuća, 2005, tiraje 1000) e InsenSaïez (versión original 2004, trad. de Ljiljana Popović Andić, editorial Laguna, 2013, tiraje 2000). Insen5otez es de hecho la novela corta con mejor recepción de la biblioteca editorial “Bolero” (Laguna), dedicada a la literatura hispano- americana contemporánea.

 

En Serbia, todos los años los bibliotecarios escogen, entre los libros ofrecidos por las casas editoriales, las publicaciones que consideran adecuadas para sus bibliotecas, y esos libros los compra el Estado para sus instituciones.

En los años posteriores se publicaron otras novelas de Martínez: Crímenes imperceptibles (traducción de Dalibor Soldatić, edición de Laguna, 2005, v. o. 2003) y La muerte lenta de Luciana B. (traducción de Ljiljana Popović Andić, edición de Laguna, 2008, v. o. 2007).


 

 

Conclusiones

La recepción de la novela corta hispanoamericana en Serbia ha tenido varios as- pectos. Primero, y debido a la desintegración de Yugoslavia, se puede indicar, por un lado, la recepción de esos libros en la época de Yugoslavia (desde los aíİos 1930 hasta 1990) y, por otro lado, en la de Serbia (desde 1991 hasta hoy). Hay que tener en cuenta que la novela corta (nouvelle) ha sido un género significativo en América Latina desde hace cien ańos y sigue siéndolo. Entre los autores cuyas obras hemos mencionado en este artículo figuran solo dos mujeres (la cubana Zoé Valdés y la argentina Samanta Schwe- blin). En segundo lugar, lo que ha mostrado nuestra investigación es el hecho de que muchas obras se publicaron en serbio muy poco tiempo después de la edición original

—gracias a contactos directos y at interés de traductores y editores en su publicación—. En cuanto a1 número de publicaciones de novelas cortas, el autor más traducido es Luis Sepúlveda (con ocho obras). Asimismo, la mayoría de los libros mencionados fueron traducidos por Ljiljana Popović Andić.

Teniendo en cuenta el número de libros, traducciones y ediciones, se puede decir que en Yugoslavia y Serbia ha habido un gran interés en la novela corta hispanoameri- cana.

 

 

Bibliografía

 

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